Dispersión de Pepe Colubi

Soy experto en ver los vasos del todo vacíos, pero, un minuto después, una sola gota de esperanza me basta para sentirlos a rebosar.

Dispersion de Pepe Colubi, editorial Espasa

Aquí estoy a las 08:08 de un domingo pandémico escuchando la playlist de Dispersión dispuesta a intentar escribir mis últimas 24 horas abrazada a este sueño. En un primer momento se me ocurrió que igual con un meme podría bastar:

Pero pronto me di cuenta de que no tenía ni para empezar. Descubrí a Pepe Colubi a principios de los años 10 con Ilustres Ignorantes. Descubrí al Pipi de California 83 en un viaje a los campos refugiados saharauis en 2012. Lo estaba leyendo un amigo con un excelente buen gusto. Pensé que si él lo leía, yo tenía que seguirle. Me encantó absolutamente y todavía a día de hoy recuerdo esa frase que le decía Janine al capullo de Pipi: «Si el amor no fuera complejo, Marvin Gaye nunca habría sido músico». Poco después leí Chorromoco 91, que también me encantó, y mi amor por Pipi, mi deseo de ser su amiga solo para poder verle hacer el ridículo constantemente muy de cerca, se me hacía insoportable.

Despertar es el peaje que pagamos para poder soñar.

Dispersión de Pepe Colubi, editorial Espasa

Pero en Dispersión nuestro Pipi (nunca podré llamarlo Pepe) está empezando a madurar, algo que ninguno vimos venir. Va tamizando sus anécdotas de ExpoManga con polvos de sensatez adulta, de alguien que, como buenamente puede, se hace cargo de pertenecer a una sociedad:

Todo el mundo necesita espacio, y el que no lo quiere es porque se tiene miedo.

Dispersión de Pepe Colubi, editorial Espasa

Pipi sigue manteniendo ese espíritu de cachorro de golden retriever saltando a una comba manejada suavemente por dos despampanantes actrices porno con carrera y varias publicaciones feministas en medios de prestigio. Ese espíritu está ahí, pero también hay otras cosas. Su pasión y su agarrarse siempre al último destello de luz, por pequeño que sea, nunca se agota. Entre risas, en una página del libro me encontraba escribiendo a lápiz que lo mejor de leer la vida de Pipi es que te arranca de cuajo el miedo a hacer el ridículo. Ahí es cuando pasan las mejores cosas, lo que algunos llaman la magia, pero a mí ya me gusta llamarlo el chorromoco. A veces, sentía el pasar de las páginas como una sucesión de pollazos en la cara. Y me gustó (a quién no, también te digo). Este sentimiento me mantenía alerta, con la mente bien abierta para aceptar las maravillas que iban a llegar, como la página 134. Sólo diré una cosa: CATALEJO HUMANO. Pepe te quiero.

Dispersión es una exclamación en un mundo lleno de interrogantes, que nos anima a aferrarnos a la vida con la fuerza de un temazo en un bar vacío, sin hacerle caso a los prejuicios ni darle demasiadas vueltas al porvenir. Solo así podremos aceptarlo todo, incluida la muerte:

El truco es repetir la palabra <<muerte>> muchas veces para amoldarte a ella mientras ella se hace a ti.

Dispersión de Pepe Colubi, editorial Espasa

Se puede disfrutar de Dispersión sin haber leído los dos primeros libros, pero yo os recomiendo que lo leáis todo, especialmente si sois unos nostálgicos enfermizos.

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