No sé de dónde saqué que quería leer esta novela, pero en un primer momento entendí que iba de dos mujeres en una situación desesperante que deciden irse a vivir juntas y montar un huerto del que alimentarse. Siento tener que decirle a La Sarishe del pasado que no es así. ¿Entonces? En La botánica de los sentimientos las cosas ocurren en la ciudad. La desesperación existe pero, al ser femenina, al contrario de lo que difunde el imaginario popular, no es desmedida, si no que se mantiene a raya para que nadie sufra. Porque en la realidad eso es exactamente lo que hacen las mujeres: no hacer tonterías, aguantar y coserse con los dientes sus propias heridas para proteger a los suyos.
Me parece toda una declaración de intenciones, vinculante para un bosque botánico y sentimental. Corretean entre las macetas, a lo largo de los balcones, y las plantan por todas partes.
La botánica de los sentimientos de Ilaria Bernardini, editorial Grijalbo
Me ha parecido de una sensibilidad bárbara y me ha pausado el alma como si de un porrito kármico se tratara. Ilaria Bernardini narra con sutileza, observando con atención todos los sentimientos, incluso aquellos que se quedan al borde de la existencia, aquellos que no consiguen brotar.
Es una historia cotidiana pero tratada con una amabilidad que te abraza, porque ver mujeres uniéndose para reconstruir su vida siempre reconforta. Porque leer a mujeres saliendo adelante siempre infunde esperanza. Y no hay otra cosa que este mundo más necesite.